Cada 28 días...

Hoy voy a dejar tranquilos a los hombres (o eso me he propuesto, dudo conseguirlo...) para hablar de un tema meramente femenino: La menstruación.

Las mujeres del mundo estamos unidas por un mal común. Todas y cada una de nosotras hemos conocido, conocemos o conoceremos la regla. ¿Por qué a nosotras? Se conoce que no era suficiente con el parto. No teniamos bastante con aguantar a los hombres y sus egos, sus ansias de poder, su egoísmo, su machismo. Ser el "sexo débil" no les satisfacía. Haber estado relegadas a un segundo plano social durante siglos (y que en algunas partes siga siendo así) no terminaba de convencer... no, encima, para terminar de torturarnos... cada veintiocho días, la dichosa regla baja para recordarte que, efectivamente, eres mujer y te ha tocado aguantar lo inaguantable.

Eso cuando te viene cada veintiocho días, claro. No hay nada más irregular que la regla. Hay mujeres que funcionan como relojes. "Me viene el lunes" y el lunes, viene. Otras, sin embargo, no pueden vaticinar cuando serán sorprendidas por la menstruación. Ella llega sin avisar y se va cuando la viene en gana, sin preocuparse de si resulta inoportuna o no.
Los ginecólogos/as del mundo, unidos o compinchados, han decidido responder absurdeces como "Ya se te regulará...". Vamos a ver, alma de cántaro, tengo veintiseis años... ¿De verdad crees que mi cuerpo aún está experimentando cambios?
Y eso cuando consigues cita, claro. Porque tu pides la cita en Mayo y, si tienes suerte, lo mismo te la dan para Septiembre... para esas fechas, calcula tú si vas a tener el periodo o no... sobre todo las irregulares... porque encima, si te pilla en "esos días", a posponer la cita... Tiene delito.

El gran invento en este ámbito de nubes de algodón son los tampones... No, caballeros, no piensen que la menstruación es como sale en los anuncios de televisión. No somos felices, no flotamos ni sonreimos constantemente... Desechen esa idea.
Los tampones son ese invento que llegó demasiado tarde pero a tiempo, no obstante. Seguramente, si la regla la hubiesen tenido los hombres, llevarían siglos en uso... y estarían superdesarrollados.
La primera vez que te pones un tampón, terminas con él mal colocado y muerta de dolores... pocas son las que aciertan a la primera... pero, una vez que lo has conseguido, es como montar en bicicleta... ya entran solos. Conozco a mujeres que aún, aunque suene increíble, no se han atrevido a dar el salto compresa -tampón. Mi consejo, queridas amigas, es que lo hagan sin miedo. No duele, no se nota... son todo ventajas (y no me patrocina tampax, lamentablemente). Es puro compañerismo, de mujer a mujer... ;)

Pero lo peor, lo que ninguna mujer (creo yo) soporta de la regla no son los dolores, el rollo de cambiarse cada dos por tres, el llevar el bolso lleno de tampax /compresas, el ir contínuamente incómoda... no, lo peor son los comentarios machistas que, para colmo, siempre aciertan tipo... "Uiii... que mal genio tienes hoy, ¿estás con la regla?" y tú, indignadisima, sin saber que responder... porque ya puedes estar enfadada por causas justificadas que, si estás con la regla, todo queda atribuido a eso y no hay mayor preocupación por su parte. Son hombres, no podemos esperar que lo entiendan. Si ellos tuviesen la regla, no sobrevirían al primer mes. Simplemente por el concepto que la mayoría de ellos tiene sobre la higiene, por su costumbre de ir por la vida sin equipaje encima (¿guardarían las compresas en el bolsillo del pantalón?), por su absoluta falta de control... y porque, pese a ser el sexo "fuerte", son los que más se quejan y menos soportan. Supongo que por eso mismo, todo nos toca a nosotras...

Por cierto, agradezco que me propongais temas... los voy a estudiar para desarrollarlos, ¿de acuerdo? Gracias por leerme.

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